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El Ego en el Liderazgo: ¿Obstáculo u Oportunidad?

Lecciones de un delicado equilibrio en la búsqueda de la excelencia

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El Ego en el Liderazgo: ¿Obstáculo u Oportunidad?


🚀 Tema: Liderazgo
🎯 Propósito: Domar nuestro ego en beneficio propio y de los demás
⏱️ Tiempo de lectura: 5 minutos

¡ Hola !

A lo largo de tu viaje de aprendizaje, seguro te has encontrado con personalidades diversas, por ejemplo:

  • El que nunca se equivoca.

  • Aquel que tiene insuficiente autoestima, y lo compensa tratando de parecer siempre más grande, más “bacán”, más exitoso.

  • El humilde introvertido.

  • El que se preocupa de otros y no sólo de sí mismo.

A veces, somos expertos en analizar a los demás. ¿Es posible hacer lo mismo, pero a nosotros mismos?

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El liderazgo

Mirando hacia atrás, me doy cuenta de lo mucho que observaba a las jefaturas, especialmente la mía.

Probablemente en ese el momento no estaba consciente de aquello, pero aprendía técnicas de liderazgo de ell@s en cada conflicto, decisión y crisis.

Por ejemplo, recuerdo muy vívidamente en mis primeros años laborales, cuando ingresó una gerenta a la oficina de mi gerente, visiblemente enojada, gesticulando y argumentando sobre algo que había sucedido con otro colaborador de nuestra gerencia.

Mi gerente no se inmutó. Le prestó atención y dejó que se expresara, con una actitud de escucha activa, pero al mismo tiempo con total tranquilidad.

Creo que la mayor reacción que tuvo en algún momento, fue subir las cejas y abrir los ojos un poco más.

A medida que pasaban los segundos, ella fue bajando la intensidad, hasta que finalmente le hizo una pregunta del estilo “¿entonces, qué hacemos?”, todavía algo irritada y con tono exigente… pero tres niveles menos respecto a su pirotécnica entrada.

Mientras tanto yo seguía ahí, inmóvil como una estatua.

En parte incómodo con la situación, y por otra lado con una mezcla de preocupación y miedo de que esta persona luego dirigiera su mirada hacia mí, con esa chispa fulminante, y descargara su ira por algo que yo había hecho... porque seguro que alguna pata había metido yo también en todo este entuerto.

Mi gerente entonces, hizo una pausa. Laaaaarga. Miró al techo como pensando, mientras los segundos pasaban como si fuesen aullidos de un perro triste.

Finalmente, volvió la mirada a la gerenta y le dice “No te preocupes (nombre), lo veo con (nombre2) y te llamo más tarde.”

“Gracias” espetó ella. Se levantó, y se fue.

Ni me miró en toda la escena.

Acto seguido, mi gerente me dice “Perdón Pato, ¿en qué estábamos?”.

Yo, con total asombro, veía que quería seguir trabajando como si nada hubiese pasado. Pero claro, al menos yo no podía, quería entender qué sucedió y qué íbamos a hacer.

Hablamos de la situación y fuera de los detalles, lo que realmente me llamó la atención, fue que mi jefe tenía todo claro. De hecho, ya sabía lo que había pasado antes, y también había diseñado una solución. Además se preocupó de excusar a su colega gerenta, aludiendo a la situación de estrés por la que estaba pasando su área estos últimos meses.

En resumen, me pareció que mi gerente:

  • Manejó la situación como un maestro kung-fu. No enganchó.

  • Demostró que tenía todo bajo control, sin mostrar que tenía la solución. Simplemente decidió no jugar la carta.

  • Se preocupó de las personas, incluso de aquella que entró a buscar pelea.

Parecía que:

El líder entrega un mensaje incluso cuando no hace absolutamente nada, pero su actitud dice mucho.

La IA interpretando la anécdota

El ego

Hoy en día esta palabra pareciera tener una connotación negativa. ¿Es malo el ego?

  • Ególatra

  • Egoísta

  • Egocéntrico

Si el “ego” es un componente de nuestra mente que nos aporta identidad, en realidad no debería ser intrínsecamente malo ni bueno. Simplemente refleja lo que creemos que somos, o quizá lo que querríamos ser.

En la anécdota anterior, tuve la reflexión de que uno puede ser al mismo tiempo fuerte y seguro de mí mismo, humilde y empático.

Es decir, el ego puede ser una fuente de confianza muy positiva cuando se manifiesta en su justa medida, a menudo contrapesando mediante el ejercicio de la humildad.

¿Suena razonable ?

Pero, la pregunta clave es… cómo balancear esto.

Quiero…

Sin creer que soy, ni parecer…

Decir que no lo tengo claro

Incompetente

Dar mi opinión con seguridad

Avasallador

Poner cara de póker

Insensible

Plantear mi desacuerdo

Conflictivo

Lo primero que tenemos que darnos cuenta, es ¿por qué me preocupa tanto cómo me siento, o cómo me ven los demás?

Está claro que:

  • Nunca todos van a apreciar mi estilo.

  • Siempre existirán personas que estarán en desacuerdo conmigo.

  • Más de lo que yo “creo” que soy, es relevante qué es lo que “hago”.

La clave está en que el líder se preocupa porque su actitud, discurso, acciones, tienen repercusiones en su capacidad de influir en el equipo.

Entonces:

Es clave cultivar la capacidad de mirarnos en el espejo, entendiendo cómo nuestras acciones y actitudes afectan a los demás, para ajustar nuestro comportamiento y tomar responsabilidad de sus consecuencias.

La parte más entretenida , es que me he dado cuenta que la mejor forma de enfrentar esto, es estudiando los efectos de aquella persona que me saca de mis cabales.

Piensa en aquellos jefes y colaboradores que no admiras para nada. ¿Te generan alguna emoción negativa? ¿Has pensado alguna vez por qué actúan de la manera que te molesta?

Cuando alguien me afecta negativamente, toma poder sobre mí. Me privan de mi libertad, ya que no soy dueño de cómo me siento o reacciono (Sobre el concepto de libertad puedes leer también Inteligencia Artificial, Libre Albedrío y Belleza).

¡No le demos ese poder a los demás!… lo que no significa no sentir nada o tener cara de póker todo el día. Simplemente se refiere a observarnos, “balconearnos”, y aprender.

Tu reflejo, analizándote

Cierre

Pareciera que una buena parte de ser exitoso en roles de liderazgo, es una consecuencia de antes estar conforme con uno mismo.

Conocerse, estar orgulloso de mis fortalezas pero también perdonar mis debilidades, descubrir aquello que me irrita o me energiza, etc.

Un ego luminoso es empático, transparenta sus intenciones, se desafía a sí mismo ejerciendo humildad, puede celebrar los logros de los demás sin sentir que esto implica una disminución de los propios éxitos.

Con todo, es un desafío gigante.

El que vence a los otros es fuerte, pero el que se vence a sí mismo es poderoso.

Lao Tsé

Lao Tsé según la IA

¿Y a tú , cómo logras dominar tu ego?

¡Contesta con un comentario luego de hacer click en la encuesta más abajo!

Un abrazo, y hasta pronto.

Foto de Patricio Anguita

Patricio Anguita

-Patricio D. Anguita
CIO - Board Advisor - Creator

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