Inteligencia Artificial, Libre Albedrío y Belleza

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¡ Hola !

Como sabes, en cada edición busco entregar algunas “pepitas de oro” en materias de transformación, liderazgo y tecnología.

Hoy usaremos los 5 minutos que inviertes leyendo mis publicaciones, para darnos permiso de algo un poco diferente: Una breve zambullida en el mundo de la filosofía.

Con el toque de Oro Puro, por supuesto 😎.

La IA y el Libre Albedrío

Quizás conoces una corriente de pensamiento que plantea que los humanos tenemos el don de la libertad de elegir, gracias a un talento metafísico llamado Voluntad.

En la vereda de los escépticos, destaco dos objeciones populares:

• El Empirismo: El conocimiento viene de nuestras experiencias sensoriales. No existe la creatividad per se, sólo la transformación de lo que consumimos.

• El Reduccionismo Causal y el Universo Laplaciano: Si reducimos todo a sus partes fundamentales, las relaciones causa-efecto determinan la realidad. Si conociésemos la posición y el momentum de todo el universo, podríamos predecir el futuro, y reconstruir el pasado, con total precisión.

¿Qué crees tú ? ¿Tu voluntad es algo milagroso, o sólo el reflejo de una cadena de acontecimientos y reacciones a nivel material?

La inteligencia artificial generativa pone a prueba nuestra percepción de lo que nos hace humanos, ya que por definición los algoritmos son una encarnación del Empirismo, al procesar “recuerdos” (datos) para generar contenido (más datos)… pero su capacidad para simular nuestro lenguaje es extraordinario.

¿Y nosotros no hacemos lo mismo? ¿El hombre… nace o se hace?

La filosofía y la ciencia ficción le ha estado dando vueltas en esta temática por años y años.

Un punto de vista interesante es el que desarrolla la superproducción The Matrix donde, descartando toda la acción y efectos especiales, podemos reducir el argumento a la búsqueda de propósito.

Siendo esta película tan antigua, imagino que no es necesario darte una alerta de Spoiler, ¿cierto ?

El antagonista principal de esa historia, un agente artificial llamado Smith, finalmente logró el éxito en la tercera película, venciendo al protagonista Neo.

Pero no cayó en cuenta que con esa acción se acabó su razón para existir. Ya no tenía propósito en la realidad simulada.

Acto seguido, esta IA / Virus llamado Sr. Smith, se extingue.

Y, ¿cuál es nuestro propósito como seres humanos?

Quizás hace sentido pensar que la Felicidad es nuestro fin último, sin embargo como plantea la película The Matrix, el cínico puede expresar que incluso esa noble meta se transforma eventualmente en una forma de control.

Y si es una forma de control, por ejemplo con máquinas induciendo sensaciones placenteras y una vida simulada en La Matriz, entonces no serías realmente libre.

Curiosamente, parece ser un rasgo humano el poder decidir no ser feliz, más allá de aceptar una mala decisión con buenas intenciones.

Esto puede abrir una ventana para escapar del empirismo y del reduccionismo causal:

Parece que es la “locura del genio” o la “genialidad del artista” lo que nos hace lo que somos.

En otras palabras, está bien ser racionales en el desarrollo de nuestra actividad en este mundo, pero la sola opción de poder dejar de serlo, es un reflejo de nuestra capacidad de libre albedrío, mientras que la IA estaría sometida por siempre a la cárcel de la causa y el efecto.

¿Demasiada abstracta la reflexión ?

Bueno, iniciaremos el aterrizaje.

La belleza

Si el ser humano está íntimamente asociado a la originalidad y creatividad, una forma en que ésta se manifiesta, es por medio de la belleza.

Muchas veces, lo bello es algo que queremos tener en nuestras vidas, y es uno de los componentes de la Felicidad como propósito último, aunque como ya discutimos, no necesariamente obligatorio.

Conocemos la belleza como una característica subjetiva, pero me hizo sentido una definición que escuché hace algunos años de un profesor de filosofía.

Algo bello:

• Nos deleita con una unidad o integridad en el todo.

• Ofrece la armonía de la proporción: de tamaños, colores, formas. La proporción es algo que capta la inteligencia.

• Provee de un brillo, un esplendor que refleja algo infinito en lo finito.

Esta integralidad, proporción y brillo, puede manifestarse de muchas maneras. En una pintura, un poema, un buen libro… en la interfaz de una aplicación, en la forma de ser de una persona, en un edificio, etc.

Si logramos captar más o menos este concepto… ¿será sensato hacer un esfuerzo para que crear cosas bellas?

Estoy convencido que la creación estética no es algo que esté limitado al arte o a los artistas…

¿Sería una locura pensar que ese mail aburrido que enviaste en el trabajo, pueda llegar a ser “bello”?

¿O una newsletter de transformación, liderazgo y tecnología 👀 ?

Está claro que, salvo algunos genios talentosos, generar belleza requiere tanto de esfuerzo, como de conciencia que ésta existe en lo que creamos todos los días.

Y, en nuestros trabajos, creamos cosas constantemente.

Tomemos como ejemplo un material revolucionario: El concreto. Desde los romanos hasta los rascacielos, ha cambiado la historia: Es resistente, duradero y versátil.

Es un invento conveniente, quizá algo aburrido, donde su uso masivo ha transformado nuestras ciudades, y en definitiva ha sido clave para el progreso de nuestra sociedad.

Un edificio de concreto puede ser bello… y a veces no.

Podemos ver en nuestras ciudades, edificios que parecen sacados directamente de una película de terror, cubos llenos de horribles sistemas de aire acondicionado protuberando por todas partes, macabros escenarios con utilidad, pero sin dinamismo.

Y en contraste, apreciar estructuras que no sólo cumplen su función, si no donde además su belleza nos lleva a contemplarlas atónitos, como si fuera un portal al paraíso.

Entonces, pareciera que está en nosotros empujar para que esto ocurra.

Atando cabos

En definitiva, no basta usar las herramientas que tenemos sólo con el foco puesto en la conveniencia.

Para mantener nuestra humanidad, es preciso tener conciencia estética, y esforzarnos por crear proyectos, software, ideas… que celebren nuestra inteligencia.

Un producto diseñado de forma intencionada, una interfaz de usuario intuitiva, un Powerpoint atractivo, una organización elegante del calendario semanal, un entorno de trabajo armonioso… son todas bajadas del sentido estético en nuestro día a día.

Está claro que requiere esfuerzo. Hacer un bosquejo así nada más, a la rápida, es fácil y “conveniente”. Pero no debemos permitir que la conveniencia nos deshumanice.

Verás, la transformación se facilita mucho si el entorno y la estética asociada a ella es la adecuada.

• Será difícil generar ideas geniales en un entorno con mala iluminación.

• O prestar atención en una presentación aburrida y sin atractivo.

• Y mucho menos apoyar un proyecto sin un nombre creativo y desafiante.

Entonces, espero que te animes , a iluminar este mundo con tu creatividad, inteligencia, y conciencia estética…

… que es otro Super Poder de la Transformación Empresarial.

Un abrazo, y hasta pronto.

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